Cuando nos lanzamos a iniciar algo en nuestra vida bien sea a nivel personal, laboral o de cualquier índole tendremos que dar lo máximo de nosotros mismos y solo así tendremos la oportunidad de que salga bien, al menos lo intentamos. Hace mucho que no tenía ilusión por nada y de repente tengo miles de cosas por hacer, las tenía olvidadas y no existía nada a mi alrededor que despertase el más mínimo interés pero ahora todo ha cambiado de color, ya no solo existe mi trabajo o mis amigos o mis peques, ahora también existo yo y si algo he aprendido es que para poder querer tienes que quererte tú.
Estos días están siendo un tanto complicados, extraño mi ciudad, mi casa, mi gente...Pamplona se ha convertido en mi residencia temporal, mañana vuelvo a mi querida Zaragoza, que incluso su cierzo, sus nieblas y su acento tan característico han calado hondo en mi y cuando cierro los ojos todo me viene a la mente como si estuviese allí...
Mañana de vuelta, deseando coger el domingo la bici y hacer unos km para desfogarme de estar tanto tiempo sin ella...al final le he cogido cariño incluso a mancharme de barro...jajaja que soy un solete y no hay día que no me manche...haya barro o no yo siempre lo encuentro...
Como punto positivo he localizado ya unas rutas para salir con la bici por los alrededores, me acabaré comprando el GPS ese para bicis que un Cruzado me sugirió ;)
Me han sugerido mis nuevos compañeros de trabajo que me apunte a la carrera de las Bardenas, que son como los Monegros pero aquí...veremos cómo estoy para esa fecha...mens sana in corpore sano.
Un beso,
Ana
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