Cuando hace un día como el de ayer, de esos que sueñas antes de dormirte, de esos que poco abundan en Zaragoza para practicar tu deporte, ese deporte que han enseñado que ame y necesite, cualquier contratiempo que surja y te impida disfrutar del mismo...hace que la sangre te hierva y te vuelvas a casa enfadado con todo.
Y así fue ayer...día perfecto donde los haya pero que a la hora de haber empezado se truncó y de vuelta a casita, aún me dio tiempo y todo a mancharme de barro ;) día para olvidar, con los pocos que me quedan, la verdad fastidia el doble.
Alguien que me conoce muy bien, que comparte muchas horas de bici conmigo y que consigue sacarme una sonrisa en esas clases de spinning donde estás pensando que a ti no te gusta cuando simulas un llano a 100 pedaladas puesto que las piernas no siguen su ritmo, ese alguien me dijo una vez que cuando sientes esa necesidad por salir a pedalear haga el tiempo que haga, te duelan las piernas, el frío se te meta tan adentro que cuesta sacarlo, cuando miras la predicción del tiempo con una semana de antelación y encima tu rato de pedaleo no es "negociable", sea cual sea el plan, es entonces cuando aprendes a amar este deporte que tantos sinsabores puede llegar a provocar pero que una salida buena y divertida compensa con creces todas aquellas donde el tiempo o los elementos adversos se hayan podido cebar.
Gracias Juan, en mi ausencia seguiré tus consejos y a mi vuelta veremos los resultados :)
Un beso,
Ana
